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Dónde está la clase media

Dónde está la clase media

Nos hemos acostumbrado a que nuestros políticos alaben en sus discursos a la clase media, que soporta con resignación lo peor de esta crisis. Pero ¿quién forma ese ente llamado clase media? Según Anthony Giddens, un sociólogo inglés de tendencia neoliberal, este concepto englobaría a un amplio espectro social que va desde los asalariados hasta los pequeños empresarios, profesionales y autónomos. Es decir, tú, yo y casi todos. En los países desarrollados el aumento de trabajadores de cuello blanco respecto a los de cuello azul, habría ayudado a diluir las antiguas relaciones sociales entre explotador y explotado para dar paso a una masa de estómagos agradecidos surgidos del estado del bienestar. Este punto de vista no se aleja del discurso liberal que defiende la desaparición de las clases sociales para dejar paso a una mayoría de productores y consumidores. Si bien, las dos ideologías podrían aceptar una división social según su nivel de renta: alto, medio y bajo. Una clasificación que iría desde Botín a un mileurista.

Es patente que esta clasificación no aclara mucho. En cambio, sí que existe una línea divisoria, independiente del estatus social, basada en dos clases antagónicas: los poseedores de los medios de producción y los trabajadores, que venden su fuerza de trabajo por un sueldo. En los periodos de prosperidad las diferencias pasan desapercibidas y en épocas de crisis resurgen cuando la recesión económica golpea a los más débiles de la sociedad.

Así pues, la clase media actual enlazaría con aquella pequeña burguesía y estaría situada entre la clase trabajadora y la clase burguesa. Además de los pequeños empresarios, comerciantes, profesionales y autónomos se añaden a este magma, por arriba, una burguesía venida a menos y, por abajo, los asalariados con un nivel alto de ingresos. Pero el destino de sus integrantes no es otro que convertirse en burgueses una minoría y en asalariados la inmensa mayoría. De hecho, la realidad se impone a la fantasía de escalar cimas reservadas a la alta burguesía cuando los pequeños empresarios se arruinan y los trabajadores de corbata se van al paro. Es entonces cuando uno se da cuenta de que hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades, que los ricos son pocos y cada vez más ricos y los pobres son muchos y cada vez más pobres.

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