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Cierzo

Hijo único

Caprichosos, solitarios, egocéntricos..., raritos. Así se nos suele calificar a los que somos hijos únicos. Menos mal que también se dice de nosotros que somos inteligentes. Hubo un tiempo en que los hijos únicos tuvimos mala prensa en una sociedad donde el Estado concedía premios de natalidad a las familias numerosas. Hoy, los modos de vida de la sociedad actual propician que la gente se case tarde y tenga menos hijos, a menudo, uno solo.

Se han realizado numerosos estudios sobre los riesgos que corre un niño que se cría sin hermanos, algunos destacan aspectos como el carácter egoísta y posesivo de los padres que planean tener un solo hijo, y omiten que hay parejas que desearían tener más hijos, pero alguna dificultad física se lo impide. Se habla de un carácter abiertamente posesivo en más del 50% de las madres de hijos únicos, aunque no se puntualiza si este rasgo de la personalidad era anterior o si la circunstancia de tener un único hijo contribuye a desarrollarlo.

Los autores de algunos estudios destacan que el hijo único tiene dificultades para compartir. Compartir juguetes, espacio, decisiones..., es algo que un hijo único no aprende en su hogar, muy cierto. Pero esta contingencia suele solucionarse por sí misma: el hijo único domina las relaciones con los adultos y, como está solo, tiende a ser muy sociable para compensar esta soledad.

También se le achaca al hijo único su dificultad para competir. El niño que crece entre hermanos aprende enseguida a luchar por lo que es suyo y se entrena a diario en el toma y daca de las relaciones sociales. El hijo único no necesita luchar con sus hermanos, sin embargo, la vida misma le enseña a competir en otros campos y frente a otros rivales.

Dicen que el hijo único está sobreprotegido, que sus padres le miman y vigilan cuidadosamente su ropa, su alimentación, sus estudios, sus amistades... Aunque precisamente porque soporta una enorme presión, el hijo único desea independizarse del círculo familiar más que los demás.

Se dan casos extremos en los que el hijo único vive abrumado por la responsabilidad de no decepcionar a unos padres que lo esperan todo de él y es posible que sea un adulto inmaduro, insatisfecho, con rasgos que los psicoanalistas llamarían edípicos, pero hablamos de excepciones.

El caso es que ser hijo único tiene muchas ventajas si uno sabe sacarle partido a su situación. Está demostrado que los hijos únicos poseen una mayor capacidad intelectual, pues han disfrutado de una intensa atención y estimulación desde una edad muy temprana. El contacto predominante con adultos proporciona un vocabulario rico y, con frecuencia, muy superior al de los otros niños de la misma edad; a menudo desarrollan una inteligencia predominantemente verbal. Con el apoyo debido de los padres, el hijo único adquiere una gran confianza y seguridad en sí mismo, ya que se ha sentido valorado y querido. Además, cuenta con armas para ganarse el apoyo de los otros. Como ha crecido en un ambiente favorable, en un mundo en el que era la "estrella" indiscutible, se esforzará para que esto siga siendo así convirtiéndose en un experto en caer bien y en ganarse a las personas con su habilidad particular, no olvidemos que se ha hecho especialista en las relaciones con los adultos antes que los demás niños y el factor tiempo juega a su favor. Acostumbrado a ser el eje del universo familiar, el hijo único busca ser el centro en cualquier otro grupo, en el que con frecuencia suele ocupar la posición de líder. Conoce la soledad y por eso la domina, sabe estar solo y, a su vez, es un impulsor de actividades sociales. Sin ningún hermano que le sacara las castañas del fuego, el hijo único ha aprendido a valerse por sí solo, es independiente, autónomo y dotado de iniciativas.

El hijo único es un ser sujeto a riesgos innegables, que a su vez pueden tornarse en la raíz de sus cualidades. Es misión de los padres minimizar estos riesgos, el hijo único se encargará de transformarlos en ventajas.

1 comentario

Irving Argenis Torres Morales -

me sinto solo y demasiado molesto de la rason de la presion de ser hio unico