Volvemos al medioevo

Después de haber despotricado durante años contra el Muro de Berlín y de haberlo calificado como "el muro de la vergüenza", Estados Unidos construirá un muro para protegerse de México. El presidente George W. Bush ha firmado la ley que permitirá levantar una muralla de 1.200 kilómetros en la frontera con su vecino del sur. "Esta ley ayudará a proteger al pueblo estadounidense, ayudará a proteger nuestras fronteras y es un paso adelante en la reforma migratoria", dijo Bush.

El pago inicial de 1.200 millones de dólares por el gobierno para el levantamiento de la muralla es sólo una ínfima fracción del costo estimado, que incluirá los gastos de compensación a los dueños de tierras por cualquier expropiación. Pero mucho me temo que será un gasto inútil. Ninguno de los muros creados en la historia ha resultado eficaz y éste que se proyecta ni siquiera abarcará toda la frontera, que comprende 3.200 kilómetros, y que dejará otros 2.000 desprotegidos. Nada detendrá a un mexicano ante la posibilidad de ganar en una hora de trabajo en Estados Unidos lo que gana en todo un día en su país. Además podría darse la circunstancia de que quienes proporcionen la mano de obra barata para la construcción del muro sean inmigrantes indocumentados. En Estados Unidos viven más de 11 millones de mexicanos, de los cuales se calcula que unos seis millones están sin papeles.

Vuelven las murallas para fortificar pueblos y bienes y esto demuestra que la sociedad ha avanzado muy poco desde la Edad Media. Aún no hemos aprendido a convivir pacíficamente y, por tanto, el miedo nos lleva a defendernos poniendo piedras entre nosotros.

No olvidemos que Israel está elevando otro muro de setecientos kilómetros de extensión que aislará a trescientos mil palestinos de la ribera occidental del Jordán, o sea el diez por ciento de la población del nuevo estado. Israel se reserva así las tierras más fértiles de aquella región así como las más importantes reservas de agua en una región semidesértica.

¿Cundirá el ejemplo?