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Cierzo

Vuelve el hombre

“Soy un hombre, óyeme rugir” es la primera e impactante frase de un anuncio de hamburguesas que se emite en la televisión de Estados Unidos, y también el reflejo de una nueva tendencia publicitaria y editorial que celebra una masculinidad alta en testosterona, la de los retrosexuales.

Anuncios como el del hombre que ruge, de Burger King, o el que protagoniza Burt Reynolds y sus musculosos compañeros “de la tabla cuadrada”, que discuten las leyes que rigen el mundo masculino entre trago y trago de cerveza Miller, han sido algunos de los más sonados de los últimos meses. Estas leyes, como la que establece cuánto tiempo ha de pasar antes de meterte en la cama con la ex de tu mejor amigo, están redactadas por un publicista y trasmitidas al público.

Los fabricantes de los vehículos Hammer también exhortan a los hombres (concretamente a uno que compra en el supermercado) a que se deje de tonterías y “recupere la virilidad”.

Para Rose Cameron, vicepresidenta de al agencia de publicidad Leo Burnett, el fenómeno demuestra la crisis de identidad masculina. “Lo que vemos ahora es una búsqueda activa de una nueva definición de lo que significa ser hombre”, ha dicho Cameron, que también añade: “la era postindustrial y el feminismo tiraron por tierra el papel tradicional del hombre, que se despertó un buen día preguntándose: ¿y ahora qué?”

Se trata de una “crisis mundial”, según la ejecutiva, que indica que los estudios globales realizados por su agencia muestran tres patrones típicos de comportamiento masculino. El primer grupo define su identidad en función de la mujer: metrosexuales; el segundo incluye a los hombres que definen su identidad en función de un rol más amplio; y el tercer grupo se define en oposición a la mujer: retrosexuales.

A este último grupo van dirigidos anuncios como Manthem, de Burger King, en el que el protagonista, un joven hambriento ofendido por la minúscula ración que le sirven en un restaurante, deja plantada a su horrorizada novia al grito de: “óyeme rugir, soy un hombre”. Enseguida consigue lo que quiere: una Texas Double Whopper. Hamburguesa en mano, sale a la calle, donde una legión de hombres le acompañan con pancartas que proclaman su virilidad.

Cameron señala que el fenómeno recibe poca atención e insiste en que es una corriente minoritaria, porque cada vez son más los hombres comprometidos son su familia que asumen tareas tradicionalmente asignadas a la mujer. Las mujeres deseamos que tenga razón.

2 comentarios

eRNieB -

A mi me parecen tal para cual: igual de lamentable el anuncio y el blog.

Una verdadera pena... :(

adriano99 -

y con blog por cierto, www.manthem.com, que es un poco más inteligente que el anuncio; pero sólo un poco.