Shakespeare modernizado
Después de ver una representación donde los personajes de Hamlet van vestidos de Cortefiel y calzan zapatos italianos, tengo una impresión extraña. La utilización de vestuario contemporáneo para vestir a personajes de otras épocas fue una plaga en los años sesenta del pasado siglo. Se argumenta que es un mecanismo modernizador que pretende hacernos la obra más cercana, pero a mí me provoca cierto repelús. Ver a Julio César con corbata causa su impacto, desde luego, casi el mismo que tener delante a una Lady Macbeth con un look punky: cabello verde, minifalda negra y agujeros en las medias de red.
De acuerdo que en las representaciones teatrales del siglo XVII Julio César lucía atuendo de esta época y no la toga correspondiente, pero es que en el siglo XVII aún no existía la arqueología y no se tenía ni remota idea de cómo era realmente un romano, un normando o un merovingio.
Hoy los personajes de Shakespeare parecen agentes de bolsa neoyorquinos, pandilleros o vete tú a saber. Creo que pudiéndoles aportar un sentido histórico, las reconstrucciones son profundamente interesantes. Para disfrutar de una tragedia histórica, nada mejor que la verdad de la sangre manchando un rico brocado, una espada que atraviesa el intersticio del peto de una armadura, la obscenidad de la vida cotidiana en un mundo pretérito. Porque a ningún Hamlet le sientan tan bien los trajes como a George Clooney.
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