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Divorciarse perjudica al medio ambiente

Divorciarse perjudica al medio ambiente

Un estudio, coordinado por Jack Liu y Eunice Yu de la Universidad de Michigan, y que publica la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, relaciona el divorcio con el medio ambiente e indica que el aumento de las separaciones está incrementando el número de hogares con menos individuos, lo que supone ocupar más espacio y consumir mayor cantidad de energía y de agua.

Los investigadores realizaron su estudio en doce países: Estados Unidos, Brasil, Costa Rica, Ecuador y México entre otros, y calcularon el coste en términos del aumento de servicios y de espacio no utilizado en las casas per capita, descubriendo que el divorcio rompe con los presupuestos económicos. Por ejemplo, en Estados Unidos sólo en 2005 se podrían haber ahorrado 73 billones de horas de luz eléctrica y 627 billones de galones de agua si el uso de recursos hubiera permanecido igual que antes de las separaciones. Además, se necesitaron 38 millones de habitaciones más, lo que supone un aumento entre el 46 y el 56 por ciento de gastos de calefacción y luz por persona divorciada.  Para conocer las repercusiones ambientales que se producen cuando los individuos divorciados vuelven a compartir su vida con otra persona, los investigadores analizaron los hogares de parejas con los que se habían casado, divorciado y vuelto a casar. Los resultados mostraron que la huella en el medio ambiente se retraía hasta el mismo nivel registrado en los hogares de parejas casadas y consolidadas. En sus conclusiones, el estudio recomienda que al diseñar y poner en marcha políticas medioambientales se tenga en cuenta también los divorcios para proteger el entorno y combatir el cambio climático.

Como si un proceso de divorcio no acarrease de por sí bastantes traumas personales, ahora hay que añadirle uno nuevo, el de estar contribuyendo a que el planeta se vaya al garete. Aunque siempre podremos lavar nuestra mala conciencia volviéndonos a enamorar.

 

*Imagen: El divorcio, de Carlos Mérida

1 comentario

Javier -

Los sufridos inmigrantes, y sus pisos patera, son de lo más ecológico entonces.

Un beso