Blogia
Cierzo

Merde d'artiste

Merde d'artiste

En 1961, Piero Manzini decidió envasar su mierda en una lata. “Merde d’Artiste, contenu net gr. 30, conservée au natural, produite et mise en boite au mois de mai 1961”, se leía en la etiqueta. Fue un giro que se consolidaría en los años 70 en el arte conceptual. Se trataba de representar el arte, paradójicamente, a partir de una lógica de desmaterialización del objeto artístico, de una destrucción de todos los mecanismos fetichísticos que siglos de uso habían ido conformando. De una manera análoga al que Wittgenstein había propuesto unos años antes: “Los problemas filosóficos surgen cuando el lenguaje se va de vacaciones”, el arte de los sesenta y setenta iniciaba un imparable ejercicio autocrítico que ponía al descubierto, entre otras cosas, las perversiones de un sistema encaminado al pensamiento único. Manzini, con su “conserva natural” realizaba finalmente el viejo sueño de la alquimia: el artista se convertía en obra al mismo tiempo que la obra de arte desaparecía transmutada en materia orgánica en su forma más vulgar, en su acepción más ordinaria. Claro está que Manzini partía de una provocación.

0 comentarios