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Sombras de lo cotidiano

Sombras de lo cotidiano

Matías llena folios mientras aspira a ser un autor reconocido, ningún editor valora su obra, a la que han llegado a calificar como falta de vigor y vacía de argumentos, por eso resuelve escribir la novela que ha de cambiar el rumbo de su carrera literaria y conducirlo a la fama. Busca en Internet un hecho impactante, una noticia contundente que le sirva de base para desarrollar la trama de su nuevo trabajo. Tras mucho leer y descartar, escoge el asesinato de una familia en Valladolid. Un matrimonio y su pequeño hijo son asesinados por la joven que trabaja para la familia, poco más se sabe acerca de este caso que despierta su interés. Matías decide ocupar su periodo de vacaciones indagando sobre el asunto y viaja a la ciudad donde acaecieron los hechos dispuesto a reunir las piezas del puzzle que compondrá su novela.

Un bar, una mujer fea pero con un cuerpo irresistiblemente atractivo, la oportunidad de un lance amoroso que a nada compromete, una extraña relación que lleva al personaje a autoanalizarse, a entrar en el infierno en el que habitan sus fantasmas: Marina, la mujer a la que amó, la mujer que le abandonó. El miedo, ese eterno compañero de viaje. Porque Matías vive abrumado por esos miedos que todos sentimos alguna vez, miedo al fracaso, a defraudar expectativas propias y ajenas, a tomar decisiones arriesgadas, a cambiar aspectos de nosotros mismos que nos desagradan...

Matías desea conocer la causa que motivó aquel triple asesinato. ¿Qué pasa por la mente de una joven aparentemente normal para que se transforme en asesina múltiple? Descartado el robo como móvil, ¿se trata de un crimen pasional?, ¿de una venganza? La homicida se declaró culpable en el juicio, asumió su culpa y aceptó el castigo que la justicia le impuso. Todo son incógnitas, cuestiones pendientes de resolver. Y Matías persigue esa verdad. Entretanto, se halla involucrado en una relación sexual, que lejos de resultarle inocua, le obliga a plantearse aspectos de su vida sentimental, a ahondar en las zonas grises de su personalidad, a replantearse quién es en realidad.

El móvil del triple asesinato, el quid de la cuestión, el nudo de la novela, solo la persona que perpetró el crimen puede sacarle de dudas. Matías pide entrevistarse en prisión con esa mujer que tiene la respuesta que busca, pero únicamente consigue una carta, una confesión que aclara poco, que más bien lo confunde todo. Aunque ahora casi lo de menos es saber qué induce a una persona a convertirse en asesina, su búsqueda ha dado fruto, no el deseado, sino uno inesperado. Matías se ha topado de bruces con el hombre que es.

El personaje de Carlos Manzano nos lleva de la mano por un mundo plagado de sombras familiares. Es un recorrido sin sobresaltos, en el que se nos presenta ese lado oscuro que no queremos ver, esos matices en los que pocas veces reparamos, esa faceta de nuestro yo que tememos afrontar. La pretendida novela policíaca se convierte así en un viaje interior. Quizás Matías aún no sepa que un escritor siempre acaba hablando de sus obsesiones.  

*Reseña publicada el día 15 de enero de 2009 en el suplemento “Artes y Letras” del diario Heraldo de Aragón.

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