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Cierzo

Conducta civilizada

1.- Es indecoroso sonarse la nariz con el mantel, ya que éste sirve para limpiarse las manos.

2.- Cuando te hayas sonado la nariz no despliegues el pañuelo y lo examines como si de tu cerebro hubieran salido perlas y rubíes.

3.- Es de mala educación escupir por encima o sobre la mesa mientras se come.

4.- Si ves a un amigo orinando en la calle, no le dirijas la palabra.

5.- No está permitido contaminar las escaleras con materiales fecales.

6.- Si compartes cama con alguien que no conoces, respeta las normas de la decencia al desnudarte y vestirte.

7.- Vomita tranquilamente si tienes necesidad de hacerlo, pero no vuelvas a comerte lo regurgitado.

Éstas son las reglas de conducta de la nobleza europea vigentes en los siglos XV y XVI, y son citadas, junto con otros muchos ejemplos, en una de las obras sociológicas más célebres del siglo XX: "El proceso de civilización", de Norbert Elias.

En su ensayo sobre la historia de la civilización occidental, Elias demuestra que en Europa no siempre se actuó "civilizadamente". Cuando el autor visitó la British Library y comparó las obras sobre buenas maneras y etiqueta desde el Medievo hasta el siglo XIX, constató que poco a poco se habían modificado las reglas de comportamiento en la mesa, la actitud frente a las necesidades fisiológicas y la disposición de usar la violencia.

El hecho de no volver a colocar un trozo de carne en la fuente después de haberlo mordido no lo daba por supuesto un caballero sentado a la mesa de una corte feudal. En la Edad Media, las buenas maneras aún no se habían inventado. No hablamos de las clases medias, sino de las altas.  La conducta en la mesa era desoladora: se comía con las manos, se limpiaban en la vestimenta y los huesos se arrojaban bajo la mesa. La actitud frente a las necesidades de la naturaleza eran laxas: no era infrecuente aliviarse en presencia de otra persona. No existía la esfera privada e, incluso el sexo, se practicaba delante de otras personas. La predisposición a usar la violencia era omnipresente. El umbral de lo que se consideraba embarazoso era extremadamente bajo.

Cuando Elias leyó los textos sobre las reglas de comportamiento de cuatro siglos, advirtió que la vida cotidiana en Europa había sido sometida paulatinamente a un mayor control. Lo que estaba permitido en el Medievo causaría gran consternación en el siglo XXI. Desde principios de la Edad Moderna, se han ido estableciendo estrictas y complicadas pautas para regular el comportamiento y dominar los impulsos. Los preceptos que regían las normas sociales se refinaban y las personas se civilizaban aprendiendo educación y cortesía mediante la interiorización gradual de los nuevos usos hasta constituir una segunda naturaleza, que consistía en un control automático sobre uno mismo y el dominio de los afectos en determinadas situaciones. Se interiorizaron las prohibiciones sociales. El gobierno de los afectos y los impulsos quedó en manos de una especie de Super-yo que cada cual ha hecho suyo con el tiempo. La estructura psicológica del ser humano se ha modificado a lo largo de la historia. Elias denominó psicogénesis a esta transformación de las estructuras de la personalidad a través de generaciones.

1 comentario

almena -

Pues... no creas, alguno de esos puntos podrían tener validez aún hoy...
se me ocurre que el número dos...

;)

Un beso!