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Cierzo

Polvo letal

Polvo letal

Aproximadamente 100.000 de los 700.000 estadounidenses implicados en el conflicto sufren el denominado síndrome de la Guerra del Golfo. Los casos de cánceres, leucemias y malformaciones genéticas se han disparado en Iraq como consecuencia del uso del uranio empobrecido, que según el entonces Ministro de Defensa británico, Geoff Hoon, no presentaba ningún riesgo.

En su impresionante artículo, Enfermedades no diagnosticadas y guerra radiológica, Asaf Durakovic nos habla de las municiones radiactivas y de las secuelas que provoca esta contaminación.

"Durante la primera guerra del Golfo, por lo menos 350 toneladas métricas de uranio empobrecido se depositaron en el medio ambiente y entre 3 y 6 millones de gramos de aerosoles de uranio empobrecido fueron liberados en la atmósfera. El resultado, que fue la aparición del síndrome de la guerra de Golfo, es un trastorno multiorgánico invalidante de tipo complejo. Al principió, se creyó que era provocado por la inhalación de arena del desierto (enfermedad de Al-Eskan). Desde aquel entonces, ya ha sido objeto de diferentes descripciones y denominaciones, cuyo número parece ser inversamente proporcional a los conocimientos reales que tenemos de dicha enfermedad.

Los síntomas de esta enfermedad progresiva son tan numerosos como sus denominaciones: fatiga invalidante, dolores músculo-esqueléticos y articulares, dolores de cabeza, trastornos neurosiquiátricos, cambios bruscos del estado de ánimo, confusión mental, trastornos de la visión, trastornos en la locomoción, pérdida de la memoria, linfoadenopatías, deficiencia respiratoria, impotencia, alteraciones morfológicas y funcionales del sistema urinario. Este síndrome fue primeramente subestimado y, posteriormente, fue reconocido como un síndrome progresivo. Tratado a veces como una enfermedad imaginaria, ha sido calificado sucesivamente de variante crónica del síndrome de fatiga crónica y de stress post-traumático, para ser finalmente reconocido como una entidad diferente, en algunos países no siendo así en otros.

Se ha tratado de evitar la realización de investigaciones objetivas en materia de etiología y de patogenia sobre el síndrome de la guerra del Golfo retrasando los estudios clínicos, orientándolos mal e incluso oponiéndose a su realización, lo cual ha tenido efectos nefastos en las carreras de ciertos científicos cuyos sus estudios clínicos no respondían a los intereses industriales o políticos. Nuestra actual comprensión de su etiología está lejos de ser satisfactoria. Algunos autores suponen que las causas incluyen a las mareas negras y los incendios de pozos de petróleo, otros acusan a las vacunas preventivas y un tercer grupo se encaminan hacia agentes biológicos o químicos, así como hacia modificaciones multifactoriales y no específicas del sistema inmunológico y la exposición a los aerosoles de uranio empobrecido". 

Voltaire.net: Enfermedades no diagnosticadas y guerra radiológica

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