Blogia
Cierzo

La interpretación de los sueños

La interpretación de los sueños, de Sigmund Freud, se publicó en 1899, pero el editor, con cierta astucia, le puso la fecha de 1900 para remarcar que la obra representaba un auténtico cambio de época. Y no era una simple pretensión. Pasados los años, el efecto de la obra de Freud fue comparado con el de la de Copérnico o Darwin. Si el primero estableció que la Tierra no es el centro del universo y el segundo que el homo sapiens no es el rey de la creación, Freud demostró que nadie es dueño absoluto de sí mismo.

En La interpretación de los sueños, el autor dice que los sueños son una especie de ventana abierta al inconsciente del individuo, ya que representan los deseos insatisfechos, los impulsos reprimidos, la libido mal canalizada en la vida conciente. Pero se trata de una expresión indirecta, metafórica, que hay que descifrar.

Las llaves de este código, las buscó Freud entre sus pacientes de histeria y en él mismo. Encontró que muchas histéricas fantaseaban con experiencias sexuales de su infancia, con frecuencia incestuosas, con personas adultas. Esto lo relacionó con sus propios sentimientos de tristeza, rencor y hostilidad cuando murió su padre. A partir de aquí, y evocando la tragedia de Sófocles, formuló el complejo de Edipo. Según esta teoría, el niño se siente atraído sexualmente por la madre y ve en su padre a un gran rival, por eso se siente culpable y tiene miedo de ser castigado. En el caso de las niñas, la envidia del pene masculino las lleva a querer al padre y a rechazar a la madre.

El escándalo estaba servido. Para buena parte de la sociedad europea y americana del cambio de siglo, estas ideas eran aberrantes, máxime porque, según el psiquiatra austriaco, el complejo de Edipo o la envidia del pene eran normales, no enfermizos.

0 comentarios