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Cierzo

Esquela

Esquela

Tal día como hoy, el 1 de octubre de 1968, murió Marcel Duchamp, uno de los artistas más influyentes del siglo XX. Dos obras bastan para reconocerlo: fue quien se atrevió a pintarle un bigote a la Mona Lisa y también convirtió un urinario público en escultura. Antes de morir exclamó: “No me puedo quejar: he comido cada día y no he tenido nunca demasiado dinero”. 

Jamás tuvo un marchante, ni formó parte de ningún grupo, tampoco le preocupó agradar al público. Esto no fue obstáculo para que se burlara constantemente de la vida de artista, del ego del artista, de los seguidores de la religión del arte. Desde sus inicios, regalaba sus obras y rebajaba los precios de las que vendía siempre que podía. Hasta 1963 se negó a hacer una exposición dedicada a su obra. 

Ante el dilema de repetirse o callar, optó por el silencio y una vez retirado del mundo del arte, se dedicó a jugar al ajedrez, siendo seleccionado para competir con el equipo francés. La noticia de su muerte apareció publicada en la sección de ajedrez del diario Le Figaro.

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