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Cierzo

Como críos

Cronómetro en mano, los periodistas españoles contaron los segundos que duró el saludo entre George W. Bush y el presidente Zapatero. Siete segundos. Ésta fue la duración total de los dos contactos personales que ambos sostuvieron en Bruselas. En el primero, de cinco segundos, Bush tuvo la deferencia de decir en castellano: "Hola, ¿qué tal, amigo?"; el segundo se redujo a un rápido apretón de manos.

Aún recuerdo los comentarios que despertaban los efusivos encuentros entre el ex presidente Aznar y su más mejor amigo yanqui, que tuvieron su momento cumbre en la visita al rancho de Crawford. Entonces se criticaba al presidente español su excesiva amistad con un individuo que se saltaba a la torera el Derecho Internacional y que, por sus mísiles, hacía lo que le venía en gana. Ahora se critica la excesiva frialdad de los encuentros entre los presidentes de Estados Unidos y España. ¿Qué quieren? ¿Qué se den un beso en la boca?

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