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Cierzo

Asesinos y mártires

Hasta hace poco, la historia estaba plagada de asesinos inocentes. Otros les mandaban a matar porque no se atrevían a matar ellos mismos. Esto está superado. Ahora los idealistas matan ellos mismos y además se suicidan. El asesino que mata y se suicida escapa al juicio, se sitúa fuera de la humanidad. Es al mismo tiempo verdugo y justiciero. Este fenómeno moderno angustia a la gente y explica en parte la locura norteamericana. No saben cómo responder.

Las explicaciones que nos dan sobre la pobreza, el abandono y la injusticia que sufren los jóvenes suicidas, no permiten entender su comportamiento. En algunos casos, se trata de miembros de buenas familias, con estudios universitarios, que han sido persuadidos de que la vida en las condiciones actuales no tiene sentido, sólo el sacrificio tiene sentido.

En la medida en que este argumento se mantenga frente a los occidentales, que tanto aman la vida, tanto como para pretender hacer guerras con cero bajas entre sus filas, puede germinar la semilla que marque las diferencias entre las civilizaciones: el amor y el odio a la vida.

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