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Cierzo

En teoría

En teoría Se supone que en los países libres, esos que no están gobernados por dictadores, existe libertad de expresión y los ciudadanos tienen derecho a conocer opiniones de los más diversos pelajes y acceso sin restricciones a la cultura. Esto ocurre en teoría, porque en la práctica nos encontramos casos curiosos, como el de Estados Unidos, luchador y garante de las libertades y la democracia en el mundo, que ha prohibido a las revistas científicas de este país que publiquen artículos de investigación que procedan de Cuba, Irán, Libia y Sudán.

Llama especialmente la atención que los primeros afectados por esta medida sean los editores de revistas científicas, no se me había ocurrido pensar que este tipo de literatura fuera más peligroso para el pensamiento único imperante que, por ejemplo, la filosofía. Porque la ciencia es ciencia en todas partes y, aunque yo soy de letras, sé que la ley de la gravedad se comporta igual en Trípoli que en Miami, y el principio de Arquímedes rige para todos los fluidos, independientemente de la zona geográfica donde se encuentren.

Durante la dictadura franquista, la más cercana que tengo, se perseguía la poesía, la novela, el teatro y el cine. ¿Será sólo cuestión de tiempo que Bush prohíba la literatura de estos países? ¿Se extenderá la medida al resto de naciones “libres”? Porque podría darse la contradicción de que en Cuba, que es una dictadura, leyeran nuestras obras literarias y nosotros, viviendo en el mundo libre, no tuviéramos acceso a las suyas.

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